Ajustes nutricionales en los cerdos para disminuir la contaminación ambiental
Las dietas para cerdos producidos de manera intensiva consisten principalmente de ingredientes (granos y pastas de oleaginosas) que se caracterizan por contener factores antinutricionales (FAN) o desequilibrio en el contenido de nutrientes.
En los cereales se encuentran cantidades importantes de ácido fítico que captura de manera directa al fósforo haciéndole indisponible para el animal; de manera indirecta también atrapa moléculas de otros minerales (Ca, Cu, Zn, Mg) y proteínas reduciendo su digestibilidad. Además, los cereales contienen arabinoxilanos que atrapan proteínas e impiden su total digestión. En general, la reducción en
la disponibilidad de algunos nutrientes provocada por estos compuestos, obliga a dición complementaria en la dieta, lo cual resulta en una excreción excesiva de compuestos nitrogenados y del mismo fósforo en las heces, provocando condiciones de contaminación de suelos y aguas aledañas a los centros de producción porcina.Asimismo, lo cereales (trigo, sorgo, maíz) y pastas de oleaginosas contienen proporciones desequilibradas de aminoácidos (AA) con respecto a los niveles requeridos por los animales. Las dietas se formulan para cubrir el requerimiento de lisina,primerAAlimitanteen todos los cereales
En consecuencia, el contenido del resto de los AA en esas dietas es excesivo y, en casos como leucina, el contenido puede ser hasta cuatro veces superior al valor requerido. De esta manera, las dietas típicas para cerdos proveen cantidades excesivas de varios minerales y AA que son excretadas y se convierten en fuentes de contaminación ambiental. En esta revisión, se analizan algunas estrategias para reducir la contaminación ambiental provocada por los sistemas tradicionales de alimentación de cerdos.
Revisión de Literatura
Acido fítico: Estructura y composición química
El acido fítico (acido hexafosfórico de mio-inositol, C6H12O24P6) químicamente se refiere a 1,2,3,4,5, 6-hexa fosfato di-hidrógeno de mio-inositol (Vincent, 1992) (Figura 1), es un factor antinutricional que se encuentra en materiales vegetativos como las semillas que se utilizan para la alimentación animal y el consumo humano (Kies, 2005).
Fig. 1. Estructura química del ácido fítico y sus interacciones con otros compuestos en plantas.
El P fítico constituye una buena parte del P total de los granos de cereales y semillas de oleaginosas, representa aproximadamente de 60 a 80% del P total. En el Cuadro 1 se presenta el porcentaje de P fítico y P total de los ingredientes comúnmente utilizados en la alimentación de cerdos (Liao et al., 2002).
Cuadro 1 Contenido de fósforo fítico en ingredientes para cerdos
La concentración de P fítico depende principalmente de la parte de la planta de donde procede, ya que se acumula en su mayoría en las semillas. La molécula del ácido fítico posee un alto contenido de P (28.2%) y sus 6 radicales fosfóricos muestran una fuerte capacidad para quelar varios cationes, una mol de ácido fítico puede quelar de 3 a 6 moles de calcio formando fitatos insolubles a pH intestinal (Pointillart, 1999; Yi y Kornegay, 1996). Esta misma capacidad hace que el ácido fítico forme también una amplia variedad de sales insolubles con cationes divalentes y trivalentes a pH neutro (Zn, Cu, Co, Mn, Fe y Mg) impidiendo que estos minerales puedan ser absorbidos a nivel intestinal. (Cheryan, 1980; Kies, 2005).
El ácido fítico es un componente esencial de los granos de cereales y de leguminosas, representa una reserva de fósforo, otros minerales y carbohidratos que son utilizados por las semillas durante el proceso de germinación. Al momento de la germinación el ácido fítico es hidrolizado por una enzima fosfatasa ácida llamada fitasa, para liberar el ortofosfato y el inositol que se encuentran en los granos (Pointillart, 1991). El contenido de fitasa en los diferentes cereales (intrínseca) es variable, lo cual está asociado con la disponibilidad del P en cada cereal; en trigo la fitasa intrínseca es mas abundante que en maíz y sorgo lo que resulta en un valor relativamente alto de disponibilidad de P (aprox. 50%), comparado con 14 a 20% en los dos primeros (Cromwell, 1992) (Cuadro 2). Asimismo, es importante destacar que los animales no producen la enzima fitasa.
Cuadro 2. Disponibilidad de fósforo en ingredientes para cerdos
Dietas con excesos de aminoácidos
Las dietas simples elaboradas con cereales y pasta de soya se formulan para cubrir el 100% del requerimiento de lisina. Sin embargo, debido al reducido número de ingredientes y al desequilibrio existente entre la composición de AA de esos ingredientes y los niveles requeridos por los animales, el aporte de los demás AA en la dieta con respecto a su requerimiento, especialmente fenilalanina y leucina, es en ocasiones cercano al 400% (Fig. 2,).
Fig. 2. Relación entre aporte de aminoácidos por dietas típicas para cerdos en crecimiento y su requerimiento.
Estos excedentes se eliminan en las excretas de los animales, contribuyendo de manera significativa con la contaminación de aguas y suelos circundantes a los sitios de producción. Shriver et al. (2003) encontraron que la alimentación de cerdos en crecimiento-finalización con dietas convencionales produjo diariamente – g de N en las excretas, las cuales se arrojan al sistema de descarga de las explotaciones porcinas.
Fitasas
Las fitasas son un conjunto diferenciado de enzimas que se clasifican en fosfatasas alcalinas, fosfatasas ácidas de alto y bajo peso molecular y complejo fosfatasas-proteína (Vincent et al., 1992). Estas enzimas difieren en sus pH óptimos, requerimientos de iones metálicos, especificidad por los sustratos y, posiblemente, por sus mecanismos de acción. Las fitasas catalizan la hidrólisis de los fosfatos mono-esterificados del ácido fítico dando lugar de forma progresiva a la formación de inositol-5 fosfato, inositol-4 fosfato, inositol-3 fosfato, inositol-2 fosfato e inositol-1 fosfato. En general, las fitasas fúngicas y bacterianas liberan cinco de los seis fosfatos y sólo raras veces es posible encontrar liberado inositol-1 fosfato y mioinositol libre (Wyss et al., 1999).
Fitasas de origen vegetal
Las fitasas de origen vegetal se conocen desde hace mucho tiempo, pertenecen al tipo 6- fitasa y se caracterizan por hidrolizar al ácido fítico comenzando por el grupo ortofosfato situado en la posición 6 de la molécula, dando lugar como primer producto intermediario al D-mioinositol 1, 2, 3, 4, 5 pentafosfato más una molécula de ortofosfato. Estas fitasas hidrolizan completamente al ácido fítico. El pH óptimo de las fitasas vegetales oscila entre 5.0 y 5.6; medios muy ácidos o alcalinos las inactivan de forma irreversible. Su temperatura óptima se encuentra entre 45 a 60° C, (Wodzinski y Ullah, 1996). Las fitasas vegetales suelen ser menos efectivas que las fúngicas. Esta menor efectividad se le ha atribuido al estrecho rango de pH y al mayor grado de inactivación de las fitasas vegetales en el estómago. No obstante, se ha observado un efecto aditivo entre ambas fitasas, y una óptima incorporación de ingredientes vegetales con alta actividad fitásica puede incluso eliminar por completo la adición de fosfatos inorgánicos en el cerdo (Kornegay, 1996; Kornegay y Qian 1996).
Fitasas de origen microbiano
Se encuentran en numerosas bacterias, levaduras. Fitasas bacterianas se han detectado en microorganismos de los géneros: Aerobacter aerogenes, Bacillus subtilis, Klebsiella aerogenes y Pseudomonas sp., pero sólo la producida por el Bacillus subtilis es de carácter extracelular; algunos de los inconvenientes de las fitasas bacterianas son su bajo rendimiento productivo y su pH neutro-alcalino lo cual limita su utilización como aditivo en la alimentación animal.
Las fitasas de la flora microbiana del intestino grueso, aunque tienen actividad hidrolítica sobre los fitatos, no ejercen ningún efecto benéfico para el animal porque el fósforo liberado no se absorbe y es totalmente excretado (Forsberg et al., 2003).
Las fitasas también son producidas por hongos del género Aspergillus. Estos hongos producen enzimas extracelulares del tipo 3-fitasa con capacidad hidrolítica del mioinositol hexafosfato (IP6) sobre el grupo ortofosfato situado en posición 3 de la molécula, dando lugar a Dmioinositol 1, 2, 4, 5, 6-pentafosfato y una molécula de ortofosfato. Estas fitasas no hidrolizan por completo el IP6, siendo incapaces de degradar el éster monofosfórico (IP1). De todos los organismos estudiados (plantas, bacterias y hongos), el Aspergillus niger es el que produce la fitasa extracelular más activa. Este hongo produce dos fitasas (A y B) y una fosfatasa ácida de pH 6,0. La fitasa tipo A actúa dentro de un rango de pH de 2.5-5.0 y a una temperatura óptima de 58 °C. La fitasa de tipo B un pH óptimo de 2,5 y una temperatura óptima de 63 °C (Wodzinski y Ullah, 1996). En la actualidad hay, al menos, cuatro fitasas comerciales disponibles, tres de ellas obtenidas por fermentación de un Aspergillus genéticamente modificado (Natuphos®, Novo phytase® y Finase®), y otra por extracción del medio de cultivo de un Aspergillus no modificado genéticamente (Alltech phytase®).
La utilización de las fitasas en la industria de los alimentos para animales se ha visto favorecida por la mejora constante en la utilización de ingredientes como minerales, aminoácidos y otros aditivos y por la generación de nuevas tecnologías que han permitido la obtención de la enzima a escala industrial, esto ha permitido una disminución en el costo de producción de la enzima.
Efecto de fitasas en la disponibilidad de nutrientes en la dieta
Fósforo
Kornegay y Qian (1996) reportaron que a partir de 52 experimentos con cerdos estos mostraron una respuesta no lineal a la adición de fitasa sobre la digestibilidad del fósforo, siendo la magnitud de la respuesta por unidad de fitasa mucho más acentuada con niveles bajos de esta enzima, de esto se deduce que la adición de 500 unidades de fitasa/kg de alimento (500 FTU/kg) produce una reducción de 33,2% en la excreción de P, permitiendo disminuir el nivel de éste en la dieta en 0,1 unidades porcentuales. La adición de 1000 FTU/kg de alimento, produce una mejora en la digestibilidad de P de hasta 28%, lo que equivale aproximadamente a 1g de P digestible por kg de alimento. Las especificaciones para la utilización de la enzima fitasa en dietas comerciales para cerdos recomiendan 500 FTU/kg de alimento con una equivalencia de 0.8 g de P digestible/kg de alimento.
Calcio
La acción hidrolítica de la fitasa sobre los fitatos en el estómago del cerdo, no sólo aumenta la digestibilidad del fósforo, además, indirectamente eleva la del calcio (Ca). Kornegay y Qian (1996) estimaron, una equivalencia de 0.73g de Ca liberado cuando a la dieta se le adicionan 500 FTU/kg de alimento. Sin embargo, se ha demostrado que el exceso de Ca en la dieta no solo precipita de manera progresiva a la fitasa para formar compuestos insolubles con Ca, también reduce la susceptibilidad del fitato para la hidrólisis enzimática, por la competencia por los sitios activos de la fitasa (Liao et al., 2002). Por ello es importante tener el cuidado de mantener la proporción adecuada en la dieta de Ca-P.
Proteína y aminoácidos
En estudios in vitro se ha demostrado que las fitasas tienen la capacidad de formar quelatos con AA libres, especialmente lisina. La incubación de lisina en HCl con salvado de arroz (rico en fitatos), muestra que un 20% de esta lisina queda ligada al fitato. La adición de fitasa al medio de incubación libero el 50% de la lisina quelatada (Traylor, 2001). En estudios in vivo, ha observado que la adición de fitasa mejora la digestibilidad aparente de la proteína y los aminoácidos. Jongbloed et al. (2000), en una revisión de la literatura que abarca 17 experimentos, señalan que el empleo de fitasa produce 0.85% en la digestibilidad total aparente de la proteína. Kornegay y Quian (1996) estimaron que, reduciendo 1.0% la proteína cruda (PC) en la dieta y con un valor de excreción (heces y orina) de nitrógeno (N) del 40% del N consumido, la excreción de éste disminuyo 7.1% cuando se adicionaron 500 FTU/kg de alimento. Liao et al., (2005a) en los resultados que se presentan en el Cuadro 3 encontraron que la adición de fitasa en dietas trigo-pasta de soya-pasta de canola, para cerdos recién destetados, mejoro consistentemente la digestibilidad ileal aparente (DIA) de arginina, histidina fenilalanina, treonina y valina, hubo una tendencia a incrementarse la DIA de la PC, leucina y lisina, cuando las dietas adicionadas con 500 y 1000 FTU/kg de alimento se compararon con la dieta testigo, el efecto no fue significativo cuando las dietas adicionadas con fitasa se compararon entre si.
Cuadro 3. Efecto de la adición de fitasa en la digestibilidad ileal aparente (%) de proteína cruda y aminoácidos en dietas trigo-pasta de soya-pasta de canola en cerdos recién destetados.
Factores que influyen en la eficacia nutricional de las fitasas
Características fisiológicas
Las diferencias anatómicas y fisiológicas de los cerdos con respecto a las aves influyen también en la hidrólisis y absorción del fósforo fítico, así como en la actividad de las fitasas. El mayor tiempo de permanencia del alimento en el estómago en el caso del cerdo y el bajo pH permiten una mejor eficiencia de la fitasa, por lo tanto, una mayor digestibilidad del fósforo fítico. Se ha comprobado que 40 a 50% de la actividad de las fitasas que se adicionan a dietas para cerdos se observa en el estómago, mientras que en duodeno sólo se encuentra de 16 a 30% (Yi y Kornegay, 1996).
Relación Calcio Fósforo (Ca:P)
La respuesta a un nivel dado de fitasa exógena puede ser afectada por la cantidad de calcio (Ca) y/o la relación Ca:P, el nivel de fósforo y el nivel de fitatos en la dieta. Una alta relación Ca-fitato en la dieta puede dar lugar a la formación de complejos Ca-fitatos muy insolubles en el medio intestinal. Se cree que un exceso de calcio puede reducir la actividad enzimática al competir con las fitasas por su lugar de acción (Liao et al., 2002). En estudios con cerdos, se ha observado que se tiene una mayor respuesta a la adición de fitasas en la dieta por la mejor digestión del P fítico, cuando la relación Ca total:P total se mantiene entre 1:1 y 1.1:1, niveles más altos de calcio reducen la absorción de fósforo y la digestión de los fitatos por la fitasa (Yi et al., 1996). Traylor et al., (2001) encontraron que la digestibilidad ileal aparente de PC y AA, en dietas experimentales para cerdos (Cuadro 4) presento una mejora pero no significativa entre la dieta uno y dos, sin embargo dicho incremento no se mantuvo en las dietas donde se adicionaron los niveles mas altos de fitasa (dietas tres y cuatro). La digestibilidad ileal aparente de P respondió en forma significativa a los diferentes niveles de fitasa adicionada, resultando un incremento cuadrático (P < 0.01) donde el mejor incremento se obtuvo en la dieta dos.
Cuadro 4. Digestibilidad ileal aparente de proteína cruda, aminoácidos, Ca y P, en dietas experimentales para cerdos en crecimiento.
Vitamina D
La vitamina D mejora la digestibilidad del fósforo en dietas bajas y altas en fosfatos, existiendo una dosis-respuesta lineal de cero a 3000 UI de vitamina D3/kg de alimento, como la vitamina D no altera la actividad de la fitasa en la mucosa intestinal en los cerdos, es probable que actúe indirectamente aumentando la absorción de Ca. Esto limita la formación de fosfato de calcio (insoluble), disminuyendo así la cantidad de fósforo no disponible en duodeno (Pointillart, 1999).
En conclusión, la adición de fitasa en las dietas para cerdos tiene un efecto positivo muy importante en la digestibilidad y disponibilidad de P y Ca. Sin embargo, aunque teóricamente podría esperarse un efecto semejante en la digestibilidad ileal de aminoácidos, los resultados son inconsistentes y la magnitud de la respuesta es muy pequeña.
Cultivos bajos en fitatos para cerdos
En la última década se han desarrollado varios cultivos bajos en fitatos. De acuerdo con Raboy y Gervasio (1996), se desarrollaron dos cultivos mutantes de maíz que contenían 33 y 66% menos ácido fítico que granos normales. Estos cultivares son semejantes a los normales pero las semillas contienen significativamente menos fitatos en el germen con poco efecto en la concentración total de P. También se han desarrollado cebadas mutantes con bajo contenido de ácido fítico (Garzón et al., 1998; Rabio et al., 2001). En estos genotipos, la acumulación de ácido fítico se bloquea con una mutación simple, resultando en un incremento correspondiente en el contenido de P orgánico libre en el grano. Este cambio permite un incremento en la cantidad de P en la cebada que puede ser utilizado por los credos, resultando, a su vez, en una reducción en la excreción de P. Mas recientemente se desarrollaron cultivares de soya que contienen porcentajes bajos de P ligado al ácido fítico. La combinación de varios genes para reducir la síntesis de enzimas necesarias para la síntesis de los oligosacáridos estaquiosa, rafinosa y galactinol, se redujo el contenido de ácido fítico (Sebastian et al., 2000). El contenido de sacarosa se incrementó a expensas de la síntesis de esos oligosacáridos.
La composición química, específicamente el contenido de proteína cruda, lisina, treonina, metionina y Ca es semejante entre cultivares de maíz normales y bajos en fitatos, y entre pasta de soya normal y baja en fitatos (Cromwell, 2003). Los porcentajes de P son también similares en esos cultivares. El maíz bajo en fitatos contienen hasta un 50% menos de P ligado a fitatos y hasta tres veces mas de P libre, comparado con maíces normales. El contenido de fitatos y P libre en la pasta de soya baja en fitatos fue también hasta un 50% menos y hasta 2.5 veces mayor, respectivamente que en cultivares normales (Cuadro 5).
Cuadro 5. Composición (%) de maíz normal y bajo en fitatos, y de pasta de soya normal y baja en fitatos y en oligosacáridos.
Existen numerosas evidencias recientes las cuales muestran que la disponibilidad biológica de P en maíces bajos en fitatos, en comparación con maíces normales. Cromwell et al. (1998), con base en el método de referencia y la resistencia del hueso a la fractura, encontraron que la disponibilidad biológica del P en maíces bajos en fitatos y normales era 77 y 22%, respectivamente. Con base en esos procedimientos, la disponibilidad biológica de P en pastas de soya bajas en fitatos y normales fueron 50 y 23%, respectivamente (Cromwell et al., 2000). Usando el método de referencia y el contenido de cenizas en huesos del pie de pollos como indicador, Li et al (20001a,b) encontró que la disponibilidad biológica de P en cebadas bajas en fitatos y normales fue 49 y 28%, respectivamente.
Estudios realizados con dietas completas muestran incrementos en la digestibilidad aparente de P y una disminución en la excreción en heces cuando las dietas ofrecidos a los animales contienen maíz y pasta de soya baja en fitatos (Pierce, 1999; Spencer et al., 2000; Sands et al., 2001). Los resultados de Spencer et al. (2000) se presentan en el Cuadro 6. La digestibilidad y retención de P fueron mayores y la excreción total menores en cerdos alimentados con dietas maíz-pasta de soya bajas en fitatos que cerdos alimentados con ingredientes normales. Además, la excreción de P en heces se redujo en 28%.
Cuadro 6. Balance de fósforo de credos en crecimiento alimentados con dietas bajas en fitatos y normales.
Otros estudios se han realizado con dietas elaboradas con cebada y pasta de soya bajas en fitatos (Veum et al., 2002; Htoo et al., 2006). Los resultados de los estudios de Htoo et al. (2006) se presenta en el Cuadro 7. La sustitución de cebada normal por baja en fitatos incrementó la digestibilidad y retención, pero redujo la excreción de P en heces. La excreción de P se redujo en 38% para la dieta con 18% de proteína y 43% para la dieta con 15% de proteína. La excreción de N también se midió en este estudio. La disminución en el contenido de PC de 18 a 15% redujo en 29% la excreción de N en las dietas con cebada normal, y en 32% en las dietas con cebada baja en fitatos.
Cuadro 7. Balance de P de credos en crecimiento alimentados con dietas cebada normal y baja en fitatos mas pasta de soya, con dos niveles de proteína cruda.
Dependiendo del grado de reducción en el contenido de fitato de los cereales que componen la dieta de los credos y del nivel de inclusión de pasta de soya, aún existe oportunidad para incrementar la digestibilidad de P y disminuir la excreción de P con la adición de fitasa en la dieta (Sands et al., 2001) (Cuadro 8). La adición de fitasa a dietas maíz bajo en fitatos-pasta de soya redujo un 22% adicional la cantidad de P excretado. En dietas maíz-pasta de soya la excreción de P se redujo en 26%.
Cuadro 8. Balance de P de cerdos en crecimiento alimentados con dietas maíz normal y baja en fitatos y pasta de soya, con o sin fitasa exógena.
Adicionalmente se puede reducir la excreción de P cuando se utilizan fuentes de proteína bajas en fitatos. Cerdos alimentados con dietas elaboradas con maíz y pasta de soya bajos en fitatos pero sin la adición de P inorgánico crecieron tan rápida y eficientemente que cerdos alimentados con dietas conteniendo maíz normal y pasta de soya adicionadas con suficiente P inorgánico para cubrir sus requerimientos (Cromwell et al., 2000) (Cuadro 9).
Cuadro 9. Comportamiento de cerdos en crecimiento alimentados con dietas maíz-pasta de soya normales o bajos en fitatos, con cantidades variables de P inorgánico suplementario.
Sin embargo, la discusión acerca del uso de cultivos bajos en fitatos debe considerar también sus aspectos agronómicos. Por ejemplo, los cultivos bajos en fitatos regularmente tienen bajas tasas de germinación y las semillas pesan de 4 a 23% menos que los normales (Raboy et al., 2000). Por otra parte, resultados (datos no publicados) de Rossnagel (Crop Development Centre, University of Saskatchewan, Saskatoon, Saskatchewan, Canada) muestran que una reducción de 50 a 75% en el contenido de fitato en cebada tiene muy poco efecto en las características agronómicas.
Dietas bajas en proteína adicionadas con aminoácidos libres
La adición de aminoácidos sintéticos, en dietas bajas en proteína para cerdos en crecimiento, mejora el balance entre los aminoácidos contenidos en la dieta, y como consecuencia, reduce la contaminación ambiental al disminuir la excreción de nitrógeno en las heces y orina (Cromwell, 1996). La reducción moderada en el contenido de PC (hasta cuatro unidades porcentuales) de dietas a base de sorgo (Sorghum vulgare)-pasta de soya (Glycine soja), acompañada con la inclusión de lisina y treonina sintéticas, no afecta el comportamiento productivo de los cerdos (Hansen et al., 1993). Sin embargo, una reducción mayor (cinco o más unidades porcentuales) provoca una disminución en la ganancia de peso y en la eficiencia alimenticia de los cerdos, aún cuando estas dietas sean complementadas de manera apropiada para que todos los aminoácidos cubran los requerimientos del cerdo. Dietas a base de trigo, en lugar de sorgo o maíz, con niveles sub-óptimos de PC, no se han evaluado.
Publicaciones recientes muestran que el nivel de PC en la dieta afecta la digestibilidad aparente de aminoácidos en cerdos (Cervantes et al., 1997). Estos informes sugieren que el deficiente comportamiento de los cerdos alimentados con dietas sorgo-pasta de soya, bajas en proteína y adicionadas con aminoácidos sintéticos, puede atribuirse parcialmente a la baja digestibilidad de los aminoácidos contenidos en esas dietas. El uso de carbohidrasas en dietas con trigo para cerdos, para mejorar la digestibilidad de los aminoácidos, está bien documentado (Campbell y Bedford, 1992; Bedford, 2000). Sin embargo, la información disponible relacionada con el efecto de la adición de proteasas a dietas con trigo es nula. En un estudio previo (Cervantes et al., 2000), la adición de una proteasa a dietas sorgo-pasta de soya, bajas en proteína, no resultó en efectos significativos. Estos experimentos se realizaron para evaluar el efecto de adicionar una proteasa fungal a dietas elaboradas con trigo, en la digestibilidad ileal aparente (DIA) de aminoácidos (AA) y en la respuesta productiva de cerdos en crecimiento.
Por otra parte, la excreción de N y amoniaco por los animales puede reducirse mediante la manipulación de los ingredientes de la dieta. La manipulación puede hacerse de dos formas principalmente; una se basa en el uso de fuentes de proteínas altamente digestibles y AA disponibles, y la otra consiste en reducir el contenido de proteína en la dieta. De estas, la reducción en el contenido de proteína es la mas práctica, aplicable y conveniente
Existen dos situaciones actuales que favorecen la manipulación para lograr la reducción en el contenido de proteína en la dieta; la primera es el hecho de que las dietas típicas y convencionales se formulan con base en proteína cruda para cubrir el requerimiento del primer AA limitante, lisina; y la segunda se relaciona con la disponibilidad en el mercado de los primeros tres AA limitantes en dietas para cerdos (lisina, treonina y metionina) en forma química libre. Entonces, la manera mas práctica y común de manipulación consiste en reducir el porcentaje de proteína en la dieta y adicionar en forma libre las cantidades de cada uno de los tres AA que se conviertan en deficientes por esa reducción.
Se han realizado numerosos estudios para evaluar el comportamiento productivo de cerdos en crecimiento-finalización alimentados con dietas bajas en proteína y adicionadas con lisina, treonina y metionina. La reducción moderada en el contenido de PC (hasta cuatro unidades porcentuales) de dietas a base de sorgo-pasta de soya, acompañada con la inclusión de lisina y treonina sintéticas, no afecta el comportamiento productivo de los cerdos (Hansen et al., 1993).
Sin embargo, una reducción mayor (cinco o más unidades porcentuales) provoca una disminución en la ganancia de peso y en la eficiencia alimenticia de los cerdos, aún cuando estas dietas sean complementadas de manera apropiada para que todos los aminoácidos cubran los requerimientos del cerdo (Philippe et al., 1992; Cervantes et al., 1995). En contraste, cerdos alimentados dietas con base de trigo, en lugar de sorgo o maíz, con niveles sub-óptimos de PC y complementadas con AA en forma libre se comportan tan bien o mejor que cuando reciben dietas trigo-pasta de soya con altos niveles de proteína cruda. En algunos casos (Pichardo et al., 2003), se han obtenido resultados semejantes cuando credos se alimentan con dietas trigo-pasta de soya altas en proteína o dietas elaboradas solo con trigo adicionado con lisina y treonina. Independientemente del tipo de grano, se pueden alimentar cerdos con dietas bajas en proteína cruda sin afectar su comportamiento productivo.
La reducción en el contenido de proteína combinado con la adición de AA libres reduce el consumo excesivo de N y, en consecuencia, provoca una reducción significativa en la excreción de N. Cromwell et al. (1993) encontraron que la reducción en dos unidades porcentuales del contenido de proteína de la dieta, con la adición de lisina libre, disminuyó de 17 a 22% la excreción de N. La disminución en la excreción de N se hace mas grande cuando se incrementa has en cuatro unidades porcentuales la reducción en el contenido de proteína de la dieta, pero adicionando de manera apropiada los AA deficientes. Carter et al. (1996) publicaron reducciones en la excreción de N de aproximadamente 35% en cerdos alimentados con dietas maíz-pasta de soya, bajas en proteína y adicionadas con lisina, metionina, treonina y triptofano. Sutton et al. (1996) encontraron una reducción de 28% en la excreción de N en cerdos alimentados con dietas bajas en proteína y adicionadas con AA. Adicionalmente, la excreción de N urinario se reduce en 50% con la reducción en el contenido de proteína cruda en la dieta (Carter et al., 1996; Sutton et al., 1999). Kerr y Easter (1995) sugieren que por cada unidad porcentual que se reduzca el contenido de proteína en la dieta adicionada con AA, la excreción total de N se puede disminuir hasta en 8%. Shriver et al. (2003) encontraron una disminución de hasta 10% por cada unidad porcentual menos en el contenido de proteína cruda de la dieta.
Conclusiones
La presencia de compuestos anti-nutricionales en los ingredientes típicos usados para elaborar las dietas de los animales afectan la digestibilidad y disponibilidad de los nutrientes, provocando a su vez, una excreción elevada de P y N en heces y orina. La adición de fitasas en sustitución de fósforo inorgánico, y la adición de aminoácidos libres a dietas bajas en proteína, hasta en 4 unidades porcentuales, no afecta el comportamiento productivo de los cerdos.
La adición de fitasa o el uso de ingredientes bajos en fitatos en las dietas de los animales reducen considerablemente la excreción de P. La manipulación de la dieta mediante la reducción en el contenido de proteína cruda disminuye la excreción de N en heces y orina.
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