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Alimento para Animales |
La Moringa es uno de los forrajes aptos para ganado porcino, por la alta cantidad de proteína que estos animales precisan. Para cabras, ovejas, équidos, camellos y aves es igualmente muy bueno.En el Núcleo Herpetológico Bandama está siendo testada como alimento de reptiles hervíboros, especialmente tortugas e iguanas. Parece muy prometedor, pues alimentos verdes con un índice tan alto de calcio y con muy poco fósforo son poco comunes. En tortugas de tierra no se debe utilizar vegetales con un índice tan alto de proteína como alimento principal, sino más bien como complemento a la dieta. Moringa como forraje para el ganado: En ensayos constatados en diversas partes del mundo con ganado vacuno, porcino, ovino, caprino u avícola se han constatado importantes incrementos en el rendimiento, tanto de ganancia de peso como de producción de leche. Estos resultados han sido, como es lógico, mucho más espectaculares en animales con una dieta deficiente que en otros con dieta equilibrada. Ejemplos: Biomasa, una organización de desarrollo en Nicaragua, ha constatado que suministrando hojas de moringa en un porcentaje del 40-50%, sobre la ración total, la producción de leche en vacas y el incremento de peso en terneros aumentaba en un 30%. También los animales recién nacidos pesaban entre un 13 y un 22% más. Datos de pruebas experimentales efectuadas en Centroamérica. Consumo diario 15 kg por res.
Inconvenientes de la Moringa: Algunas personas opinan que la moringa le da un sabor peculiar a la leche, esto se soluciona fácilmente ordeñando los animales pasadas tres horas desde la última toma. El meyor peso de los terneros al nacer puede provocar problemas en algunas razas de vacuno. Una forma de evitar este problema es o bien provocando un parto adelantado (10 días parece suficiente) o limitando la ingesta de moringa a vacas preñadas que presenten este problema. Precauciones en la administración de Moringa: Al ser un alimento muy protéico ha de ser equilibrado con alimentos y subproductos energéticos y ricos en fibra, generalmente asequibles sin dificultad: tortas proteicas, melazas, restos de caña de azucar, hierbas, etc. Consumo recomendado de fibra y proteína: máximo aconsejable respecto al total de la dieta:
Los rumiantes hacen un uso óptimo de las hojas de moringa frescas. En el caso de no rumiantes o monogástricos, principalmente aves y cerdos, el valor nutritivo de las hojas frescas se puede incrementar con la adición de un complemento, en este caso la enzima phytasa (phytase en inglés) esta enzima rompe los phytatos, lo que incrementa la absorción del fósforo contenido en las hojas frescas de Moringa. Esta enzima se suministra simplemente mezclándola someramente con las hojas frescas en las cantidades indicadas por el fabricante. No hay que calentarlo y su uso está contraindicado en rumientes. Concentrado de Hoja de Moringa: Es lo más conveniente para ganado avícola: pollos, gallinas, pavos... Estos animales no suelen admitir el consumo directo de las hojas, frescas o en polvo. La cantidad de proteína recomendada para las aves es del 22%, de esta cantidad la mitad se puede obtener a bajo coste del concentrado de hojas. El concentrado (húmedo o liofilizado) se mezcla y muele con los otros componentes del pienso y ya está. Empleando concentrado fresco se obtiene un pienso húmedo para consumo inmediato y empleando el liofilizado se obtiene un pienso seco que se conserva mejor durante más tiempo. Preparación de Concentrado de Hojas: Se ponen las hojas en agua e inmediatamente se pasa a través de un molino o trituradora. Le mezcla obtenida se calienta a unos 70º centígrados unos 10 minutos. En el fondo se depositará una capa compuesta básicamente de proteína precipitada. Liofilización: Una vez eliminado el exceso de agua este concentrado puede liofilizarse (si se desea y si dispone del equipo, claro) aunque no siempre hace falta desecar la mezcla. Una alternativa casera al proceso de liofilizado consiste en desacar el concentrado de la siguiente forma: A una olla a presión se le ajusta fijándolo firmemente un tubo de acero o cobre en la tapa. Este tubo se conecta a un compresor (ojo, por la toma de aire, no por la salida, el objetivo es sacar aire de la olla, no meterlo, para obtener el mayor vacío posible) El compresor puede servir cualquiera, por ejemplo el de un congelador desechado. Con una temperatura de 330º C y una presión negativa de 50 mm se extrae la casi totalidad del agua (evaporación en vacío). |
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